La playa de La Romanilla se llena de familias y grupos para festejar esta tradicional celebración que rememora la vuelta de los pescadores antes de finalizar el año
Roquetas de Mar ha vivido hoy la fiesta de Las Moragas más multitudinaria de los últimos años, que demuestra que, lejos de perderse, esta tradición está marcada en rojo para las familias roqueteras. Miles de ellas se reunían al mediodía en la playa de La Romanilla y junto al Puerto de Roquetas, lugar de origen de la festividad, en la que se celebraba la llegada de los pescadores, tras meses en alta mar, con pequeñas hogueras y barbacoas para asar sardinas y carne, alrededor de las cuales se cantan villancicos y se vive una jornada festiva para despedir el año.
Desde el barrio de El Puerto, la fiesta se ha extendido a todos los roqueteros, que consideran esta fecha como una fiesta propia. Muchos de los asistentes a la playa hoy reconocían haber venido a Roquetas de Mar por motivo de Las Moragas, al ser la fiesta en la que toda la familia se reúne sin falta. Desde Madrid, Asturias, Cataluña, el resto de Andalucía…, el reencuentro familiar caracteriza esta celebración que también da a conocer Roquetas.
Otra de sus características suele ser el viento, porque el mar no puede evitar ser parte de una fiesta que es también suya. Para luchar contra él, muchos se refugian en carpas y paredes hechas de lona, en las que no falta el ingenio.
Desde el Paseo de Los Baños y hasta el club Náutico, se contabilizaban hoy miles de grupos. Algunos sentados en torno a una mesa (incluso se ha visto una con brasero), otros sobre los palés que a lo largo de la tarde arderían para dar calor al encuentro, o sobre toallas o sobre el muro del Paseo Marítimo. Las había más marchosas, con karaoke y baile, o más tranquilas, con un juego de cartas o un parchís. Las había más concurridas, que suman participantes todos los años, como ocurre con la moraga del Peseta, y más pequeñas, con apenas cuatro amigos compartiendo que se iniciaban en esta celebración.
No han faltado los villancicos, con panderetas, zambombas y el sonido de botellas de anís raspadas, tampoco los disfraces y pelucas. Incluso una de Las Moragas servía para celebrar en grupo la fortuna: con varias familias y amigos a los que la suerte les ha sonreído con el quinto premio de la Lotería de Navidad.
Pero, sobre todo, no han faltado los buenos deseos por el año que comienza en apenas dos días y por que dentro de 366 días (no olvidemos el bisiesto), las familias roqueteras puedan volver a reunirse en Las Moragas.