Gran éxito de la obra ‘Yo soy Don Quijote de la Mancha’ con la participación de los actores Fernando Soto y Almudena Ramos.

José Sacristán, ese gran actor de excelente trayectoria bordó el sábado el personaje de Don Quijote de la Mancha en el Teatro Auditorio de Roquetas de Mar. El madrileño estuvo soberbio en la adaptación de la obra de Cervantes escrita por el ganador del  Premio Nacional de Literatura Dramática, José Ramón Fernández. Una versión que dejó patente que no hay hombres locos, sino gentes de buen corazón, capaces de hacer el bien a los demás.

En una representación tan profunda, aparte de Sacristán, todo un maestro de la escena también aparece Fernando Soto como Sancho Panza y Almudena Ramos como Sanchica, hija de Sancho. Este Sancho Panza se muestra muy tierno, un hombre fiel a su amo y que además en algunos momentos vive algunas situaciones cómicas que provocaron alguna sonrisa en el público.

Sanchica es una joven que aporta la alegría a la obra. Es joven, guapa y además muy luchadora. Ante todo es educada. Y sobre el escenario aparecía un cuarto personaje, el violonchelista, José Luis López. Su trabajo es fascinante puesto que con su música da paso de una escena a otra y además su melodía aparece siempre en el momento oportuno.

La obra estaba concebida como un juego metateatral, de manera que se presentaban en ella dos mundos completamente diferentes. Por un lado, la propia representación de las aventuras que vive Don Quijote, algunas mostradas, otras recordadas, extraídas del original de Cervantes; por otro lado, la preparación de ese montaje teatral, convirtiendo al público en testigo directo de los ensayos y los preparativos de los actores, durante los cuales se ensalzan los valores de los personajes. Con ello, explica Luis Bermejo, director de la obra, “queremos que el espectador asista no sólo a los incidentes de nuestro protagonista, sino también a su propia elaboración”.

El dramaturgo José Ramón Fernández, desde que preparó esta versión del Quijote siempre lo tuvo muy claro. “Pretendo que la obra respire y recuerde ese Don Quijote que forma parte de nuestra memoria y de nuestros deseos. Por eso no me alejo de la historia, por eso utilizo miles de palabras de este libro y trato de que las mías sirvan para unir esos recuerdos que nos unen a todos”.

“El proyecto era volver a mostrar ese personaje en su esencia, en sus momentos más significativos. Para ello, para poder llegar a decir “Yo sé quién soy”, Don Quijote tiene la compañía de Sancho y de su hija Sanchica: dos personas sin maldad, capaces de ver en Don Quijote al loco y al hombre bueno, capaces de entender que el mundo necesita a Don Quijote. Sin duda: necesitamos a Don Quijote” explica Fernández.

El sábado en Roquetas de Mar se pudo ver un montaje muy bien estructura, con una buena escenografía, aparte de sencilla y un rico vestuario. Hay momentos sobresalientes como cuando Don Quijote se sube a lomos de Rocinante, un caballo de madera o cuando aparece con su pijama blanco puesto y con la cabeza llena de vendas después de alguna de sus batallas.

Este Don Quijote no muestra el grado de locura que el personaje en el libro de Cervantes, es un personaje más equilibrado aunque recuerde algunas batallas, ante todo es bondadoso y quiere hacer el bien por los demás. Sacristán con su capacidad interpretativa y sobre todo, su gran voz llena el escenario a lo largo de la representación. La clave está también en los actores que lo acompañan que están soberbios en sus interpretaciones.

Esta obra se incluía en el programa de la XXX edición de las Jornadas de Teatro del Siglo de Oro de Almería. Sin duda, un gran acierto haber traído hasta Roquetas de Mar una obra tan cuidada con un actor que es un maestro de la escena como José Sacristán con dos actores de clase como Fernando Soto y Almudena Ramos. El público que llenó el patio de butacas se mostró encantado de este montaje.