Tres alumnos y un entrenador de las Escuelas Deportivas del Ayuntamiento de Roquetas de Mar han entrevistado al exfutbolista, y actual Director de Relaciones Institucionales del Real Madrid, Emilio Butragueño.

 Paula Tomé, jugadora de baloncesto cadete; Sandra Romera y Ana María Antequera, cadetes de balonmano, y Bacary Diombaty, entrenador de baloncesto, fueron los encargados de entrevistar a Emilio Butragueño en una amena conversación que se llevó a cabo por vía telefónica. Butragueño reflexionó sobre su trayectoria profesional, sus mejores años en el Real Madrid, lo que el deporte le ha aportado en la vida, los orígenes de la quinta del Buitre o el potente papel integrador que desempeña el fútbol en la sociedad.

Paula: ¿Cómo era su relación con sus compañeros durante su etapa de jugador?

Emilio Butragueño: Muy buena. Muchas veces lo más difícil son las relaciones humanas. Un equipo está formado por personas, congeniar todas las personalidades a veces no es tan fácil. En mi caso no tuve ningún problema con nadie. Cuando perteneces a una organización o a un equipo hay que entender las personalidades de tus compañeros.

Paula: ¿Ayudó esa relación a conseguir los títulos que ganaron?

EB: Claro, fue fundamental. Por muy bueno que sea uno, sólo no va a poder ganar nada. El gran jugador es aquel que es capaz de combinar sus habilidades con las del resto de compañeros, sacar lo mejor de cada compañero y, al mismo tiempo, también ser capaz de entender que lo más importante es el equipo y que tiene que poner sus cualidades y talento al servicio del equipo.

Paula: ¿Por qué bautizaron a su quinta como la del Buitre?

EB: Nació en un artículo que escribió Julio César Iglesias. Siempre le ha gustado ver partidos de los juveniles y descubrir a los nuevos talentos antes de que lleguen al ámbito profesional. Cuando nosotros estábamos en el Castilla escribió un artículo haciendo referencia a cinco chicos que según él teníamos bastante calidad. En ese artículo le pedía a Alfredo Di Stéfano, que era el entrenador del primer equipo, que nos subiera. Al mes y medio del artículo, se escribió en octubre, subieron Martín Vázquez y Sanchís, yo subí en febrero. El artículo se titulaba ‘Amancio y la quinta del buitre’, Amancio era el entrenador del Castilla. Curiosamente todos subimos el mismo año porque Míchel lo hizo al acabar ese año. En muy pocos meses todos estábamos en el primer equipo. El periodismo tomó aquella frase, la quinta del Buitre, y así nació.

Bacary: Siendo madridista, ¿hubiese jugado en otro club que no fuese el Madrid?

EB: Soy socio del Madrid desde que nací. Nunca me planteé ser profesional del fútbol y, por supuesto, nunca me planteé jugar en el Real Madrid. Las circunstancias al final sí me lo permitieron. Siempre quise jugar en el Real Madrid y siempre quise continuar porque era mi casa, de hecho estuve hasta el final de mi carrera, hasta que los dos decidimos que la relación profesional tenía que terminar. Para no jugar contra el Real Madrid me marché a otro continente. Terminé yéndome a México para no volver al Bernabéu y enfrentarme contra mi equipo.

Bacary: ¿Cómo llevó colgar las botas?

EB: Ya iba empezando la retirada, asimilándola. Jugué al fútbol hasta los 35. Tenía en la cabeza una serie de jugadas y de movimientos y mi cuerpo no me respondía como quería. Eso ya empieza a incomodar. En febrero de 1995 tomé la decisión de que en junio, cuando terminase la liga en México, me retiraría. Y así fue. Cuando uno toma la decisión va encajando todo mucho mejor. Para mí no fue un problema.

Bacary: ¿Qué le parece el deporte como elemento integrador entre diferentes culturas?

EB: Fundamental. Un ejemplo claro lo encontramos en el Mundial. Otro ejemplo lo tenemos a diario en el club con los proyectos de la Fundación del Real Madrid y el proyecto estrella de las escuelas socio-deportivas. Estamos presentes en 67 países con más de 210 escuelas. Cuando viajas a estas escuelas te das cuenta de lo sorprendente que es la fuerza del fútbol. Gracias a estos proyectos muchísimos niños que viven en zonas desfavorecidas salen de la calle y de un entorno muy peligroso. El fútbol es un elemento integrador que permite a los niños una esperanza para el futuro. El deporte, y en especial el fútbol, tiene un papel muy importante dentro de la sociedad que tenemos que seguir fortaleciendo.

Sandra: ¿Le hubiese gustado practicar otro deporte?

EB: A los que hemos sido profesionales nos gustan casi todos los deportes. Al final el deporte es diversión. De pequeño jugué al baloncesto, afortunadamente cambié al fútbol dada mi estatura. He practicado otros deportes como el tenis o el pádel. Hacer deporte me gusta mucho. Intento hacer algo todos los días aunque sea correr. El deporte debe formar parte del día a día de cualquier persona.

Sandra: ¿Qué futuro le depara a España tras la decepción del Mundial?

EB: Ha sido una lástima. España tiene un gran equipo pero por diversos motivos el rendimiento no fue el esperado. Pero esto puede pasar, en el fútbol se gana y se pierde. Esta generación nos ha dado mucho y tenemos que estar muy agradecidos a estos jugadores. Para el futuro soy muy optimista porque el fútbol español ha establecido un estilo de juego muy particular, basado en la técnica, y estoy convencido de que el futuro va a ser muy bueno porque tenemos muchos jugadores de una enorme calidad.

Ana María: ¿Cuál fue el mejor momento de su carrera como jugador?

EB: Los primeros años fueron muy buenos. Ganamos dos copas de la UEFA, cinco Ligas consecutivas y llegamos a dos semifinales de la Copa de Europa. Esos cinco o seis años, del 84-85 al 90 fueron fantásticos. Teníamos un equipo muy ofensivo, muy creativo y disfrutamos todos mucho.

Ana María: ¿Qué le ha enseñado el deporte?

EB: El deporte es una enseñanza de vida enorme. En el deporte uno afronta cualquier circunstancia de la vida. Tienes que dar lo máximo de ti siempre. El fútbol es la vida, todo lo que soy se lo debo al fútbol.

Ana María: ¿Cree que su generación pudo haber ganado un Mundial?

EB: Estamos comprobando que en los campeonatos del mundo todo está muy igualado. Cualquier detalle decide al final si pasas o no. Nosotros estuvimos cerca en el Mundial del 86 que llegamos a cuartos y perdimos en la tanda de penaltis contra Bélgica. La suerte es una parte del fútbol. En aquel momento crítico la suerte no nos acompañó. Estuvimos cerca de hacer historia.

Sandra: ¿Cuál es el jugador más determinante contra el que se ha enfrentado o del que ha sido compañero?

EB: De los rivales, sin duda Maradona. Y compañeros míos ha habido muchos muy buenos: Hugo Sánchez, Bernardo Schuster, Míchel…, he tenido la suerte de jugar con ellos y otros grandes jugadores.