El Museo Taurino de la Plaza de Toros de Roquetas de Mar acoge la exposición ‘In Memorian Iván Fandiño’ que reúne un total de 42 fotografías realizadas por Libertad Rodríguez. La fotógrafa estuvo el jueves en Roquetas donde asistió a la apertura de la muestra que se podrá visitar hasta finales del mes de mayo. Estuvo acompañada por la primer teniente de alcalde, Eloísa Cabrera y la concejala de Cultura, María Dolores Ortega.

Libertad Rodríguez que ha sido una gran amiga de Iván Fandiño se mostraba feliz de mostrar sus fotografías en Roquetas. “Me hizo ilusión que me llamaran de Roquetas de Mar como fotógrafa taurina y me hizo mucha ilusión que confiaran en mí para hacer una exposición sobre Iván Fandiño. Yo era muy amiga de Iván y tuve la suerte de conocerlo cuando tenía 12 años, cuando él no pensaba siquiera en ser torero ni yo pensaba en trabajar en el mundo del toro”.

 

“Mi exposición está inspirada en su última faena, reuniendo detalles y momentos de algunas de las faenas realizadas por el torero, donde hay miradas, gestos y movimientos que lo reflejan perfectamente. Debajo de cada fotografía hay un texto que he escrito donde expongo lo que me inspira la imagen. Iván tiene que seguir aquí y estará presente en nosotros. Aunque no esté en cuerpo, si está en alma. Le costó mucho, pero fue un gran triunfador” explicó.

 

Libertad Rodríguez sostenía que “he escogido fotos que evocan sentimientos, imágenes que tienen algo que narrar. Todas tienen un sentimiento especial”. La fotógrafa vinculada siempre al mundo taurino espera que “los visitantes a esta exposición como yo no voy a estar para poder explicársela, he decidido escribir de una manera poética y romántica que es lo que me inspira cada fotografía, con unos breves textos bajo cada imagen”.

 

Rodríguez también recuerda la gran amistad que siempre tuvo con Iván Fandiño. “Cuando yo conocí a Iván no tenía intención de torear, pero poco después ya tenía ese gusanillo por el toro. Yo vengo Medina del Campo y desde siempre he estado muy vinculada a los toros. Eso nos unió mucho desde el primer momento. Había un vínculo bonito, y él a base de luchar hizo que impusiera su toreo llegando a ser uno de los grandes, y la vida hizo que yo escogiera el marketing y las relaciones públicas, aparte de la fotografía para dedicarme al mundo del toro”.

 

Libertad Rodríguez recordaba a Iván Fandiño como torero. “Tenía una pureza singular, tenía una mano izquierda que lucía, bailaba con su capote y hacía pareja con el toro y era capaza de hacer una composición tan bella que no sabías realmente si el pasodoble sonaba porque era un pasodoble o porque ellos lo estaban bailando”.

 

“Tenía un arte natural que era innato y que le costó mucho. Su camino no fue un camino de rosas, sino de espinas. Él fue poco a poco ganándose su lugar, aunque muchos lo consideraban introvertido no lo era, sino que era un apersona que se centraba mucho en su trabajo, que quería  dar el 100 por cien cada tarde en una plaza y que no era capaz de salir a jugarse la vida y ponerse delante de un toro si eso no evocaba un sentimiento”, dijo la fotógrafa.

 

Rodríguez que tan bien conocía a Fandiño también valoró mucho al torero como persona. “Iván era una persona amante del flamenco, amigo de sus amigos, le encantaba cuando podía y tenía ocasión, salir de fiesta e irse de cañas. Le encantaba viajar, pasar muchos ratos con su mujer. No se perdía sus fiestas del 8 de mayo de Orduña”.

 

Libertad Rodríguez tiene muy claro que “aunque han pasado ya nueve meses seguimos sin creérnoslo. Yo que estoy todo el día editando fotografías de Iván, para mí es muy difícil, es imposible olvidarle y todos los días permanece en nuestra retina”.