Gran puesta en escena con un elenco de bailarines de primer nivel.
Unas 700 personas asistieron el pasado viernes al Teatro Auditorio de Roquetas de Mar para disfrutar de la representación de ‘La Bella durmiente’ a cargo del Russian Classical Ballet. No hay que olvidar que ‘La Bella durmiente’ es una de las grandes partituras compuestas por Tchaikovski, junto con El lago de los cisnes y El cascanueces.
La bella durmiente es la historia de la princesa Aurora, condenada a morir por la malvada hada Carabosse. Viendo la gravedad del hechizo, el hada de las Lilas suavizó la maldición evitando que la princesa muriera, pero haciéndola quedar sumida en un profundo sueño hasta que fuera despertada por un beso de amor.
El libreto original de La bella durmiente dura ocho horas, pero en este caso se redujo a un ballet de dos horas repartidas en un prólogo y tres actos que rebosaron color, fantasía y emoción. Todo ello en un espectáculo que, a diferencia del resto de la obra de Tchaikovski, no solo estaba recomendando para mayores, ya que combina partes serias con otras más divertidas.
La compañía estaba formada por un elenco de bailarines graduados en las escuelas de coreografía de mayor prestigio de Rusia (Moscú, San Petersburgo, Novosibirsk y Perm) y de artistas principales en algunos de los más prestigiosos teatros de danza. El Russian Classical Ballet sabe combinar la maestría y la experiencia de bailarines internacionales, con la irreverencia de los jóvenes talentos emergentes en el panorama de la danza clásica rusa.
Repleta de romanticismo y marcada por el lirismo, esta obra representa un gran reto para los bailarines, sobre todo en la interpretación del personaje principal, la princesa Aurora, que exige un estilo académico cristalino y elegante. Este papel recayó en Evgeniya Bespalova, protagonista de esta representación junto a Denis Karakashev –que encarnó el personaje del príncipe Desiré.