Ibán Andrés – Miembro del equipo técnico de Javi Gracia en el Málaga CF

El deporte de Roquetas tiene el doble mérito de descansar sobre las raíces de una gran cantera joven, crisol de multitud de disciplinas, y la singularidad del fenómeno multicultural. El municipio ha crecido visiblemente en los últimos años en economía, infraestructuras y servicios, pero no debemos obviar que el ambicioso trabajo de gestión en materia deportiva está cumpliendo una eficaz función inclusiva.

Si consideramos como un axioma que el deporte es un elemento que enriquece el desarrollo psicológico y social de las personas en un claro alegato a favor de un estilo de vida saludable, hemos de concluir que la presencia de ciudadanos deportistas de más de 100 nacionalidades distintas es un factor de integración que contribuye a dinamizar una sociedad más plural, abierta y solidaria.

En este contexto de diversidad, el afán de José Juan Rubí, un concejal con indudable carisma y entregado, con pasión, a la causa del deporte de su ciudad, ha sido determinante para vigorizar las estructuras de formación de Roquetas. Su desmedida implicación en todos los foros y ámbitos deportivos roqueteros es una manifestación evidente de lo que este concejal entiende por servicio público. Rubí no es un político al uso, es una persona cercana y amable.

Cuando sales de tu tierra en busca de nuevos retos, quedan en la retina los recuerdos que han ido forjando nuestras vidas. Hoy tengo la suerte de formar parte del staff técnico  Javi Gracia en el primer equipo del Málaga. Aquí vivo un momento dulce de mi carrera profesional, pero no quiero olvidar que hace casi una década tuve la inmensa fortuna de conocer y pertenecer al proyecto del Club Deportivo Roquetas. Es imposible olvidar aquella mañana en la que ascendimos a Segunda División B, tras muchos años intentándolo. Aquel campo lleno, aquella afición y directiva emocionada, aquella plantilla de luchadores defendiendo el escudo de una ciudad.

Roquetas es deporte. Sus calles, plazas, campos y pistas deportivas son lugares de encuentro. Las 100 Horas son todo un referente de organización y participación. En Roquetas funcionan bien las conexiones necesarias para que el deporte fluya. El deporte es entendido como un medio y también como un fin. Un medio para mejorar como personas y como colectivo, y un fin en sí mismo, un hecho diferencial del género humano, que responde a la necesidad vital de hacer del juego una excusa para compartir.

Enhorabuena a Roquetas. Al vecino de Ghana, al de Aguadulce, al de Argelia, al de El Parador. Gracias a todos aquellos que construyen una Roquetas única. Y gracias por haberme hecho feliz durante dos temporadas.