La pintora María Isabel Fernández ‘Maybel’ expone hasta finales del mes de agosto una exposición de pintura en el Faro de Roquetas de Mar. La artista nacida en Adra y afincada en Aguadulce presenta 25 obras, la mayoría al óleo y algunos acrílicos. En su totalidad es una exposición figurativa a excepción de tres obras abstractas que presenta.

Desde muy pequeña, la gran pasión de Maybel fue la pintura y tocar el piano. Por eso en el año 2006, ya instalada en Aguadulce, después de un largo peregrinaje por distintas ciudades ya que su marido es médico, decidió inscribirse en los talleres de pintura que impartían Juan Ibáñez y Mariquina Ramos. Antes del año decidió abandonar el taller y dedicarse por entero a pintar.

Sus primeras pinturas las hizo en Vélez Blanco con el pintor Pepe Ros. “Hice mis primeras acuarelas y fue cuando me animé a seguir pintando. Desde niña me gustaba la pintura, pero mi padre que ha sido comerciante de muebles siempre pensó que sería mejor hacer una carrera de Económicas para estar en el negocio y a mi eso no me gustaba, yo quería pintar”, recuerda.

“Mi pasión era la pintura y tocar el piano. He conseguido pintar, pero nunca pude aprender a tocar el piano”, explica la artista que alterna su gran pasión de la pintura con su trabajo de enfermera en el Centro de Salud de Roquetas. “Ahora tengo tiempo para pintar prácticamente a diario, que es lo que me gusta”.

En estos años su creación artística se ha centrado en el óleo. “El acrílico es más reciente para mi, y he pintado mucho al óleo. Nunca me he definido por una temática concreta porque me enamoro de todo lo que hago. Me gusta la naturaleza, las flores, el campo, edificios, estructuras, etc. Me gustaría perfeccionar mi técnica en lo que se refiere al retrato”.

A la hora de comodidad, Maybel prefiere el óleo a la acuarela. “El óleo admite poder corregir, en la acuarela tiene que haber más exactitud. El margen de rectificación es menor, aunque la acuarela me apasiona”, comenta. La figura humana no aparece en la obra de Maybel, ya que ella prefiere la naturaleza en toda su extensión.

La artista comenta que cuando algo se le mete algo en la cabeza hasta que no lo plasma no para. “Ha habido veces que me he acostado pensando en una ola que no me salía en uno de mis cuadros y he estado sin dormir. Me he levantado y hasta que no he conseguido lo que yo quería no he parado. Realmente hay momentos de gran obsesión por conseguir lo que uno quiere plasmar en el lienzo”.