María Ángeles Lonardi, escritora argentina, afincada en Almería presentó recientemente su último poemario ‘Poesía para leer a deshoras’ en la Biblioteca Municipal de Roquetas de Mar. La autora estuvo acompañada por Antonio Carbonell, escritor. Esta era la última presentación de este libro que ha tenido un gran recorrido ya que se presentó en Almería, Granada e incluso en Argentina, habiendo pasando por varias Ferias del Libro.
Lonardi comenzó explicando el título de este poemario. “Estos poemas, han sido trabajados para leer a deshoras, en esas horas que se le roban al sueño, quizás; por eso, el lenguaje utilizado es de palabras directas, directo y claro, sin florituras, para intentar descifrar ideas o emociones, para interpretar el mensaje sin perderse entre las palabras. Son poemas para leer entre horas, en realidad, cuando apetezca”.
“Cuando algo se puede leer hoy, mañana, el mes que viene, en unos años y no pierde vigencia ni actualidad, eso es atemporal. La poesía es atemporal, porque eso hace a su esencia, a su razón de ser. Y la atemporalidad se manifiesta en cada poema”, subrayó Lonardi en la Biblioteca Municipal de Roquetas de Mar.
Luego Lonardi fue explicando cada una de las partes de su libro, al tiempo que iba leyendo algunos de los poemas. “La primera parte, ‘Variaciones de lo cotidiano’ reúne poemas que hablan de variaciones, de movimiento. De ahí la sorpresa de lo cotidiano y su mecánica. Desde pequeña observo las cosas y me ha llamado la atención el mecanismo del reloj, de una aguja en la máquina de coser, la cámara de fotos… y a partir de la observación, he sacado conclusiones sobre lo cotidiano y su razón de ser”.
“La segunda parte, ‘Cosas vistas desde otra perspectiva’ agrupa poemas que nombran objetos, cosas que no son solo eso, no son solo cosas. La simbología está muy presente en todos mis poemas, en cada verso, y exige una lectura profunda y pormenorizada de cada uno, porque cada verso tiene algo que decir. Eso es poesía. Porque se puede hablar de las cosas cotidianas de una forma diferente, con otra perspectiva, con otro enfoque. Hasta que se produzca la interpretación del sentido”, explicó la autora.
Otra parte del libro Cotidianeidades. Se puede hablar, se puede escribir de las cosas cotidianas y sus circunstancias y se puede elevar esa cotidianeidad a poema. Esto me ha valido la comparación de algunos críticos literarios a Alejandra Pizarnik, Alfonsina Storni, Juana de Ibarbouru o Gioconda Belli”, dijo Lonardi.
Y luego está ‘De mujeres de este siglo”. “Los poemas no tienen título ni número ni letra, para “no etiquetar, ni encorsetar” a la mujer. Donde hago una clara referencia a la mujer que represento y defiendo. Una dura crítica contra el maltrato, la lacra de la violencia de género que sacude y castiga a nuestra sociedad. Una reivindicación de la mujer. Y quiero resaltar el compromiso que me lleva como poeta a ser testigo de mi tiempo, a gritar por los que sufren en silencio, darle voz a los no pueden decir ni hacer”.
La escritora subrayo en Roquetas que “un poeta que no es testigo de su tiempo y no asume la responsabilidad social que le cabe, no puede llamarse poeta. Ese compromiso con la sociedad me lleva a reinventar la palabra para poder expresar la belleza, a pesar de lo oscuro o lo demoledor del panorama. La poesía es capaz de reunirnos más allá de toda la banalidad que nos rodea, del consumismo, o de las prisas de los tiempos que corren”,
Los poemas ‘De hoy en día’ reflejan la lucha cotidiana y los temas de actualidad. “La poesía es resistencia incluso aunque no sea poesía social, porque siempre tiene cotas bastantes fuertes y evidentes de reflexión. Los tiempos que corren no son de color de rosa y nos exigen poner de nuestra parte, involucrarnos, dejar de mirar para otro lado”.
“Este libro surge de un trabajo minucioso, hilvanando retazos, es la vida en metáforas cotidianas con ilusiones y sus decepciones, (los triunfos y los fracasos), Es la puerta para entrar en un mundo de ilusión, de esperanza y alegría para ver con otros ojos el día a día. Imaginando que llegamos al final del camino, intento dejar un mensaje de esperanza y positivismo”, afirmo Lonardi.
Antonio Carbonell en su intervención subrayo que “el libro muy querido y mimado por la poeta ha soportado un largo proceso de maduración y cuyo eje central es su atemporalidad, de ahí el título: “Poemas para leer a deshoras”. Otra característica es la universalidad cotidiana que conforma la materia sustancial de su escritura”.
“Contiene 88 poemas, clara referencia al número 8 que le trae gratísimos recuerdos y al símbolo de infinito de pie y que hace referencia también a las 88 teclas de un piano, porque música y poesía van siempre de la mano”, dijo Carbonell.