Luis Merlo y María Barranco dieron una lección actoral el pasado sábado en la representación de la obra Tócala otra vez, Sam que tuvo lugar en el Teatro Auditorio de Roquetas y que reunió a unas 1.100 personas. Junto a estos dos genios de la escena estuvieron también Javier Martin, José Luis Alcobendas y Beatriz Santana. La directora, Tamzin Townsend recuperaba con esta comedia uno de los primeros textos de Woody Allen.

Allan (Luis Merlo), neurótico intelectual que conversa imaginariamente con el legendario Humphrey Bogart acerca de los secretos de la seducción, acaba de ser abandonado por su esposa y entabla una relación especial con la mujer de su mejor amigo, en la que descubre un alma gemela. Linda se convierte en su confidente… y en algo más.

Tanto Luis Merlo como María Barranco  hacen un trabajo impresionante de interpretación. La obra es maravillosa, carga de sarcasmo e ironía, con un sello muy particular de Woody Allen. Una de las características fundamentales de la obra es la forma de contarla y de llegar al público. Se trata de una historia de perdedores, pero que se podría dar en la vida real. El hombre preocupado por agradar a las chicas, y que al final descubre que está enganchado a la mujer de su mejor amigo.

Con una escenografía muy sencilla y a la vez dinámica, puesto que se recrearon varios ambientes a lo largo de hora y media, María Barranco intenta comprender al neurótico de Luis Merlo. El borda su papel, puesto que es una persona que está enganchado materialmente a las aspirinas y que piensa que la vida no va más allá de un sofá y de tomar pastillas. María Barranco por su parte, aunque está enamorada de su marido, un enfermo de los teléfonos móviles, es una mujer abierta y muy comprensiva, que intenta ayudar a Allan.

En definitiva, fue una hora y media que pasó muy rápida porque el público en su mayoría se rió con las cosas de Merlo en una comedia justo a su medida.