Espectacular puesta en escena de los hermanos Vivancos que mantuvieron durante 100 minutos en vilo al público asistente .

Un Teatro lleno de público. Gran expectación por parte de los asistentes. Roquetas de Mar recibía el sábado el espectáculo ‘Nacidos para bailar’ de Los Vivancos.  Estos siete hermanos cerraban con este espectáculo una trilogía incida en 2007 con ‘7 Hermanos’ y continuada con ‘Aeternum’. Durante 100 minutos el público lo pasó en grande hasta el colofón final.

Los hermanos Vivancos se entregaron en este espectáculo tan variado en cuanto a su contenido, donde realizaron alardes de fuerza, entrega y tecnología, con una gran banda sonora y una escenografía impactante. Sin duda, la música tuvo una gran importancia en todo el desarrollo de ‘Nacidos para bailar’. El buen gusto domina el espectáculo desde el principio hasta el final.

‘Nacidos para bailar’ arrancaba con un guiño simpático, los silbidos de la melodía de los siete enanitos del cuento de los hermanos Grimm presentaban a los siete hermanos entrando por el patio de butacas hacia el escenario. El público se mostraba fascinado con esta apertura.

Con todos sobre las tablas, fue el momento en el que interpretaron en directo un tema enérgico como ‘Smooth Criminal’ de Michael Jackson. Tras la pieza, y caracterizados como gladiadores romanos, el sexteto realizó uno de esos taconeados corales donde pies, brazos y cada parte del cuerpo tiene su instante de instrumento percutor.

La banda sonora del espectáculo va en consonancia de lo llamativo de la propuesta corporal. Adaptaciones sinfónicas con bases electrónicas y lo mejor del metal contundente y el rock duro en conjunción coordinada con un abrumador equipo de luces. Los acordes de Smoke On The Water de Deep Purple sirvieron de acompañamiento al primer guiño a las artes marciales que realizaron en la velada.

Tras la presentación, Josua brilla en el primer número solista, en un gran ejercicio de equilibrismo y concentración sobre hasta tres cajones de percusión. Elías es importunado con su violoncello eléctrico por varios hermanos y entre risas interpretan un popurrí instrumental que recorre piezas como la Pequeña Serenata Nocturna de Mozart o éxitos del pop como Pretty Woman de Roy Orbison, Yesterday de The Beatles, Money, Money de ABBA o guiños cinéfilos a 2001, Odisea en el Espacio, Misión Imposible o Psicosis.

Luego, Los Vivancos ejecutaron uno de los números estrella de Nacidos para bailar. Luces apagadas y vestuario de E-Tecnileds con 8.528 soldaduras, 6.000 luces LED, con 140 partes de programación independiente, todo ello para ofrecer una cómica representación que roza la ciencia ficción y que sorprendió al público.

Guiños a Star Wars, al desfile del dragón chino y al reggae jamaicano. Fue una transición para otro de los números más intensos de la noche. Un duelo entre Elías e Israel lleno de dificultad equilibrista. Con una adaptación del Sweet Dreams de Eurythmics, el primero realizó una apertura imposible en el aire haciendo sonar su violoncello, mientras que el segundo taconeó colgado bocabajo utilizando su flauta travesera.

El colofón de la noche fue cuando los seis hermanos Vivancos bajaron al patio de butacas y fueron saludando al público. Fue un momento de emoción, donde fueron despedidos por el público puesto en pie. Espectáculo mágico realizado con gusto por unos grandes artistas.