La veterana actriz junto al actor Juanjo Artero representó el sábado la obra ‘La velocidad del otoño’.
Lola Herrera vivió el sábado un momento muy emotivo para la actriz al concluir la función de ‘La velocidad del otoño’ que protagoniza junto a Juanjo Artero. La veterana actriz no pudo ocultar su emoción al asignarle una butaca de honor en la fila 1, butaca 1 del Teatro Auditorio.
Instantes antes, El director del Teatro Auditorio, Juan José Martin señalaba que “ha llegado el momento de que este Teatro Auditorio rinda homenaje a aquellos artistas cuya trayectoria artística y humana haya sido un referente a seguir por nuevas generaciones de artistas y actores, con la asignación de una butaca de honor. En esta ocasión, esa butaca es para Doña Lola Herrera”.
La actriz recibió la distinción de manos del alcalde de Roquetas, Gabriel Amat y acto seguido bajó al patio de butacas para descubrir la placa que de ahora en adelante figurara en la fila 1, butaca 1 del teatro con el nombre de Lola Herrera.
Hubo una gran asistencia de público a la representación de la obra ‘La velocidad del otoño’ que tuvo en todo momento sobre el escenario a Lola Herrera y Juanjo Artero. Esta obra servía para que ambos actores se volverían a reencontrar, no hay que olvidar que ya trabajaron juntos en ‘Seis clases de baile en seis semanas’.
Por otro lado, Lola Herrera volvía a estar dirigida en un montaje teatral por Magui Mira, una de las grandes de la escena en este país. Mira dirigió a Herrera en ‘En el estanque dorado’ con Héctor Alterio, que también ya estuvo en Roquetas de Mar justo hace tres años.
En este excepcional montaje, Lola Herrera interpretaba a Alejandra, una anciana que se esconde en el edificio emblemático donde reside, cerrando las puertas de casa con cadenas, con la amenaza de hacer estallar los cócteles molotov que ha colocado en su propia estancia y que puede hacer estallar todo el bloque.
En esa situación difícil aparece el hijo menor, Cris que interpreta Juanjo Artero, a quién lleva 20 años sin ver y que, sin duda, perturbará todos los acontecimientos de la historia. Destacar que La velocidad del otoño es una obra mordaz, divertida y profundamente conmovedora acerca de la fragilidad y frugalidad de la vida.