Gran éxito del montaje de esta obra que Harold Pinter escribió en los años 50.
Gonzalo de Castro y Tristán Ulloa brillan en este montaje dirigido por Mario Gas.
El público que acudió el sábado al Teatro Auditorio de Roquetas pudo disfrutar de ‘Invernadero’, una de las obras más logradas de Harold Pinter quien escribió esta obra en los años cincuenta pero la guardó para estrenarla treinta años después. Mario Gas con su maestría ha sabido recuperarla, en una adaptación a cargo del escritor Eduardo Mendoza, con unos intérpretes fabulosos para abordar una tragicomedia con cierto suspense.
Contó un reparto de lujo y con actores elegidos a conciencia para llevar a escena una historia donde está presente el abuso de poder. Por el escenario del Teatro Auditorio pasaron Gonzalo de Castro, Tristán Ulloa, Jorge Usón, Isabelle Stoffel, Carlos Martos, Javivi Gil Valle y Ricardo Moya. Todos, absolutamente todos, abordan su personaje a la perfección. Desde el primer momento se meten en su papel con una gran decisión y eso se aprecia en el resultado final.
El montaje trata ante todo las relaciones humanas, en muchas ocasiones muy complejas, y más cuando se somete a mucha presión. Aunque cuando se produce un abuso de poder, el ser humano muchas veces no es consciente de lo que puede llegar a hacer o incluso a pensar. En ‘Invernadero’, una obra maestra, hay tragedia y hay comedia, llegando en algún momento al despropósito.
‘Invernadero’ es una sátira del funcionamiento burocrático y el gobierno autoritario de un establecimiento cuya naturaleza exacta no se desvela. No está sometido a ningún control y al parecer cualquier comportamiento sobre los alojados está permitido. En plena celebración navideña, el director y su equipo se enfrentan con un nacimiento y una muerte que han tenido lugar en el interior de este lugar. La obra mantiene en vilo al público durante algo más de hora y media y el final es muy inesperado.
Desde el inicio de la obra, con Gonzalo de Castro como excoronel y Tristán Ulloa como su subordinado sumiso se crea un ambiente de cierto misterio en torno a una paciente, que durante la obra se identifica con un número. Los dos actores muestran su riqueza interpretativa, sabiendo adaptarse a sus roles en la obra. La obra tiene momentos de gran tensión y otras situaciones que provocan la risa en el público.
Isabelle Stoffel muestra su sensualidad en varias escenas de la obra, muy acertada en su papel como la Señorita Cutts. Jorge Usón y Carlos Martos fascinantes cuando salen a escena y agradecer la presencia del televisivo Javivi Gil Valle. Y por supuesto también un acierto la presencia de Ricardo Moya en esta obra que no deja indiferente a nadie.