La representación de la obra de Jardiel Poncela tuvo lugar el pasado sábado

La Compañía TeatroLab presentaba el pasado sábado en el Teatro Auditorio de Roquetas de Mar el montaje teatral ‘Cuatro corazones con freno y marcha atrás’ de Enrique Jardiel Poncela. Un montaje catalogado como comedia, donde una herencia es la protagonista en la sombra, mientras una serie de personajes se mueven en escena.

En el inicio de la representación, aparece Emiliano, un cartero de los años 70 que se tira siete horas, dada su profesionalidad, esperando para hacer entrega de una carta certificada. Vive momentos de gran paciencia porque nadie le hace caso alguno. Y no es que no haya más personajes en la casa, es que todos viven momentos de ansiedad, pero el cartero sigue sin que nadie le haga caso.

Pero el cartero Emiliano, que es un hombre inteligente descubre que lo que en realidad buscan todas las parejas que se mueven en la casa es la herencia de un tío muy especial. Ricardo, su sobrino y heredero natural, solo podrá cobrarla al cabo de 60 años. Aunque todo parece un drama, aparece en escena el doctor Bremón que le da la vuelta al problema: da con la fórmula del elixir de la eterna juventud.

El doctor, Hortensia -su novia-, Ricardo y Valentina, van a disfrutar, eternamente, de la fortuna del tío. Y no solo ellos, también el cartero Emiliano, quien ha descubierto el secreto y amenaza a las parejas con difundir el hallazgo científico si no le dejan participar del mismo.

Los cinco toman ese jarabe que obra los milagros, que hace que no se pongan mayores pero tampoco solucionan los problemas. Con la inmortalidad, los problemas se multiplican. Tanto es así, que todos prefieren volver a la normalidad, volver a ser mortales.

Una obra interesante de Jardiel Poncela donde se tratan temas como la vida y la muerte, el amor, el desencanto, los celos y los problemas de dinero. Se trataba de una obra ágil, dinámica y en definitiva, que entretuvo al público durante más de hora y media en Roquetas de Mar.

Antes de la representación actuó en los preludios musicales en la Cafetería del Auditorio la formación Fome de Ritmo, liderado por Ruth Becerro.