Con un lleno absoluto, consigue llevar al público a través de innumerables sensaciones que muestran la genialidad del compositor norteamericano
La obra de John Williams brilló con luz propia anoche en el Teatro Auditorio de Roquetas de Mar. La Film Symphony Orchestra, de la mano de su director Constantino Martínez-Orts, rindió tributo al genial compositor, ganador de 5 Oscar, y que lo convierten en la persona viva con mayor número de estatuillas. Con un lleno total y un concierto que rondó las tres horas de duración, los espectadores pudieron sumergirse en un mundo repleto de magia, sentimientos, contrastes y espectáculo. Sintieron el terror de estar nadando en las aguas de ‘Tiburón’, la adrenalina de escapar de las garras de los nazis cual Indiana Jones o la grandeza del universo de las películas de Star Wars en una banda sonora que parece tocada por la mano de Dios. Sin duda, una primera parte (recordemos que el próximo 30 de marzo volverán con el resto del programa) que puso al público en pie pidiendo más.
Comenzaba el concierto con sorpresa. Y es que para la primera canción, de la película Summon de Heroes, Martínez-Orts situó a parte de los músicos en los pasillos laterales de butacas, dando más empaque si cabe al comienzo del espectáculo. Después, fue desgranando y comentando con mucho acierto y toques de humor cada una de las piezas que interpretaba la banda. Aportó mucha información y varias anécdotas que le encantaron al público, como aquella en la que Steven Spilberg cita a John Williams para enseñarle la película ‘La lista de Schindler’. Tras visualizarla, un Williams perplejo por la dureza de las imágenes pide al director unos minutos para pensar y se va a dar un paseo. A su vuelta, el compositor es contundente: “No puedo componer la música para tu película. Necesitas a alguien mejor que yo”. A lo que Spilberg responde: “Lo sé, pero están todos muertos”.
Un paseo de contrastes
No existió un orden cronológico en la exposición de las diferentes bandas sonoras. Más bien, la Film Symphony Orchestra realizó un trabajo de contrastes en el que se saltaba, por ejemplo, de ‘La ladrona de libros’, con una música muy contenida, sutil, que reflejaba a la perfección la pena y tristeza que acompaña al sufrimiento de aquellas personas que no tienen recursos, a la banda sonora de ‘Tiburón’, de gran potencia en la que dos notas nos avisan de que algo malo va a ocurrir en la película.
‘Atrápame si puedes’, con toques de jazz. ‘Lincoln’, con grandes dosis de nacionalismo norteamericano y con una banda sonora sin la que el discurso final del presidente no habría sido el mismo. ‘Jurassic Park’, una obra maestra donde el espectador es testigo de la brutalidad con mayúsculas, con un uso excesivo de la percusión con la que casi se puede sentir el temblor de las pisadas de dinosaurio. ‘Harry Potter’, donde Williams demuestra una inteligencia musical pura, haciendo volar al público junto a la lechuza del afamado mago. ‘1941’, ‘Hook’, ‘Superman’, ‘Star Wars’, ‘The Mission’ cuya banda sonora estuvo inspirada en unas composiciones que Williams hizo para la NBC norteamericana y que reflejaban el ir y venir de una redacción periodística… Tres horas en las que el público tuvo tiempo de emocionarse, sentir miedo, pena, magia e incluso de participar en el sorteo de un viaje a Hollywood que se celebra entre los asistentes del Tour 2018/19 de la Film Symphony Orchestra.
Para finalizar, el director presentó a cada una de las partes integrantes de la Film Symphony Orchestra con grandes dosis de humor. Tanto, que en la última canción de Star Wars, los arcos con los que tocaban los violines, se iluminaron con leds a modo de espadas láser, dando paso a ‘La cantina’, canción con la que terminaron el concierto con el público y sus aplausos como un integrante más de la orquesta.