La Sala Juan Ibáñez acogió el Viernes una mesa redonda en torno al torero donde participaron Juan Manuel Albendea, Joaquín Amérigo, José Belmonte y Juan Belmonte Luque.
La Sala Juan Ibáñez de la Plaza de Toros de Roquetas de Mar acogió el pasado viernes una mesa redonda en torno a la figura del matador de toros Juan Belmonte con motivo del cincuentenario de su muerte y el centenario de su alternativa, moderada por Laureano Fernández. Participaron el diputado nacional del PP; Juan Manuel Albendea, el patólogo y gran aficionado, Joaquín Amérigo, el fotógrafo y sobrino nieto de Belmonte, José Belmonte y el crítico taurino y sobrino nieto de Belmonte, Juan Belmonte Luque. Entre el público se encontraba Juan Beca Belmonte, nieto del torero.
A la pregunta sobre la importancia de Belmonte como torero en la España de hace un siglo, Albendea explicó que “para la mayoría, el toreo de Juan Belmonte fue una auténtica revolución”. Precisamente, Albendea hizo un repaso a la vida de Belmonte, destacando su arte en el toreo y por supuesto pidió que se profundice más en esta figura, que marca un antes y un después en la historia de la tauromaquia en España.
Por su parte, Juan Belmonte Luque habló de cómo era su tío abuelo como persona. “Era una persona muy sencilla con una gran calidad humana. Se puede considerar que fue el patriarca de la familia que consiguió poner a todos sus hermanos en funcionamiento. Siempre tuvo una preocupación tremenda por conseguir que su familia saliera adelante”. También subrayó que “el trato que tenía Belmonte con todos los que le rodeaban era exquisito”.
Javier Beca Belmonte, nieto de Juan Belmonte también dio su opinión sobre su abuelo. “Lo recuerdo jugando con nosotros porque éramos muy pequeños. Realmente tengo un recuerdo entrañable de cómo era como persona”. Pepe Belmonte, sobrino nieto subrayó que “he oído muchas cosas en casa sobre mi tío abuelo. Todos coinciden que era una persona bastante silenciosa, pero de una inteligencia natural impresionante”.
El doctor Joaquín Amérigo expuso su opinión sobre la figura de Juan Belmonte. “La vida de Juan Belmonte esta rodeada de tristeza y soledades. Después de la muerte de Joselito en 1920, Belmonte quedó totalmente solo, y aunque siguió toreando ya fue otra cosa”. “Belmonte fue un mito, fue la revolución en el toreo, y sentó muy mal en una parte de la sociedad sevillana que se suicidara”, dijo Amérigo.
Juan Belmonte Luque habló en esta mesa redonda sobre el belmontismo. “De haber vivido hoy, Belmonte sería sido una figura que hubiera cambiado los cánones y hubiera revolucionado la fiesta de los toros. Cuando aparece Belmonte se estaba toreando de una manera y aparece un señor que se para, que torea con la capa de una manera continuada, gustándose, ligando y templando”.
Tras la mesa redonda, el gran aficionado al toreo, Gabriel Luis Callejón recitó una elegía de Manuel Benítez Carrasco titulada ‘El último encierro’ dedicado a la muerte de Juan Belmonte.