La banda de David Summers tocó una selección de sus temas míticos así como los nuevos del disco ‘Resurrección’
“Hoy me he levantado dando un salto mortal, he echado un par de huevos a mi sartén, dando volteretas he llegado al baño, me he duchado y he despilfarrado el gel… Porque hoy, algo me dice, que voy a pasármelo bien”. Así comenzaban Hombres G el concierto que dieron en la Plaza de Toros de Roquetas de Mar. Toda una declaración de intenciones que aventuraba lo que estaba por venir. La banda liderada por David Summers consiguió conjugar pasado y presente de una forma magistral y que el público agradeció en todo momento.
‘El ataque de las chicas cocodrilo’ fue el segundo tema que interpretaron, número uno de las listas de ventas españolas allá por febrero de 1986 cuando el grupo grabó su segundo disco ‘La cagaste… Burt Lancaster’, el más vendido de la historia de la banda. Daniel Mezquita, Javier Molina, David Summers y Rafael Gutiérrez demostraban que siguen en plena forma y sus fans lo agradecieron acompañándoles en todo momento. Durante el concierto hubo tiempo para las risas, para la juerga y, cómo no, para el romanticismo. La tercera canción ‘Si no te tengo a ti’ así lo demostró y el concierto se tornó más íntimo, acercando a los músicos al público. De esta forma llegó el primer tema del nuevo disco ‘Resurrección’ titulado ‘Confía en mi’.
En este último álbum, publicado en marzo de este mismo año, se puede apreciar la madurez que el grupo ha ido adquiriendo durante su trayectoria musical. En América ha funcionado muy bien y en España ha estado número uno en ventas, a pesar de la crisis que vive la industria musical en estos momentos.
Subiendo la intensidad
Hombres G, que en sus inicios se hicieron llamar ‘Los Bonitos Redford’, comenzaron a tirar de repertorio con canciones como ‘Marta tiene un marcapasos’, ‘Indiana’… Durante la presentación de la canción ‘Venezia’, Javier Molina (batería) incluso se atrevió a tomarse un tequila con el público antes de entonar las primeras palabras de la pieza. La simbiosis era ya perfecta y el concierto avanzaba imparable hacia su final.
Un final para el que la banda que comenzó tocando en el mítico local madrileño Rock-Ola se había guardado su canción más popular, aquella que les convirtió en un fenómeno social y que, incluso, dio nombre a una película: ‘Sufre mamón’. Sin dida, una guinda perfecta para una gran noche de verano.