El cómico malagueño ofreció un espectáculo fascinante con momentos de mucha risa y otros de reflexión
Dani Rovira hizo el sábado un excelente espectáculo donde la reflexión y el entretenimiento fueron los protagonistas. Rovira llenó el Teatro Auditorio de Roquetas de Mar con ‘Vale la pena’, un espectáculo con momentos para partirse de risas y otros momentos nada fáciles, donde el propio cómico se pone serio para hablar de temas como la depresión, la ansiedad, la tristeza, la pena y el duelo.
El público asistente, muy fiel a Rovira, vio en Roquetas algo distinto a lo que ha ofrecido durante años este genio malagueño. Hay momentos de una gran sintonía entre cómico y público y sobre todo hay muchos mensajes que todos captan. En el fondo, Rovira contó un poco como ha vivido estos últimos años después del éxito que supuso ‘Ocho apellidos vascos’ que le cambió la vida.
La salida al escenario de Rovira ya hizo que se sucedieran las palmas. Rovira de negro, con calzado deportivo saludaba a todos, en medio del jolgorio y soltaba por su boca “Llevo una rachilla de mierda, no son maneras de entrar en un escenario. Vosotros me habéis dado gloria bendita y llego yo con esta frase. Os vais a reír mucho hoy, pero necesito sacar un poco mi bajonazo”.
“Estoy triste, llevo una época de tristeza, lo confieso. Estoy mejor que cuando estaba peor” subrayó. “Voy a hablaros de la tristeza, os jodéis”, espetó al público. En este sentido subrayó el significado de la tristeza según filósofos como Platón, Freud o Descartes, aunque este último “lo descartó’.
“El miedo es un mecanismo que nos avisa que hay un peligro”, dijo al tiempo que señalaba que “es sano tener miedo y no me creo a las personas que aseguran que no tienen miedo”. Rovira explicó que nadie se puede explicar la velocidad que adquiere un hipopótamo, que son 100 kilómetros por hora, o lo que es lo mismo “un Ford Fiesta por una autovía”.
“La tristeza es otro mecanismo que te avisa que hay una pérdida en la vida”, dijo Rovira y recordó que “hace diez años me llegó la tristeza sin saber los motivos. Se estrenó ‘Ocho apellidos vascos’, que fue un gran acontecimiento. A priori todo estaba bien, yo era el protagonista de la película más taquillera del cine español. Conseguí estar con la chica de la película, la mujer más maravillosa. A los dos meses del estreno me levantaba con una tristeza y con ganas de llorar. Fui a terapia y si no llego a ir a terapia en estos diez años yo hoy estaría loco. Os lo aconsejo”, subrayó.
“Aquella tristeza venía dada porque había cambiado en poco tiempo tanto el mundo que el Dani Rovira de antes había cosas que ya no podía hacer. El mundo había cambiado con respecto a mí y a partir de ahí empecé a gestionar la manera que la gente estaba en el mundo con respecto a mí. En estos diez años de terapia lo llevo mejor”, confesó.
Entre risas y risas, Rovira habló del duelo y recordó uno de los últimos que ha pasado con motivo de la muerte de dos de sus perros Buyo y Carapapa. “Lloré mucho pero fue un llanto limpio, porque todo formaba parte del ciclo de la viday se fueron ya con 12 años”. Fue uno de los momentos emotivos de la noche, ya que Rovira contó historias de sus dos perros, y además lo hizo con alegría.
Durante más de hora y media, Dani Rovira hizo reflexionar a todos entremezclando el humor entre cada una de las historias contadas y además muchas de ellas vividas por el protagonista. Y es que Rovira tiene una capacidad casi única de empatizar con el público. El espectáculo pasa con rapidez, lo cual indica que se disfruta al máximo.
Al final ofrece un maravilloso cuento donde resume en el fondo lo bonito que es vivir. Todos los que pasaron por Roquetas de Mar, salieron contentos, valió la pena.