El Museo Taurino de Roquetas de Mar acoge mañana jueves una conferencia del doctor Ramón Vila titulada «40 años en la Maestranza».
El que fuera cirujano jefe de esta plaza sevillana hasta el pasado año hablará de cuatro décadas viendo toros y sobre todo contará sus experiencias vividas en torno a los toros y algunas de las cogidas más espeluznantes que haya tenido que hacer frente.
Ramón Vila nació en Sevilla en el barrio de San Lorenzo en 1938. Hijo de también medico y cirujano jefe de la enfermería de la plaza de toros de Sevilla, Ramón Vila Arenas. Estudió Medicina en la Facultad de Medicina de Sevilla. Fue profesor de clases prácticas en la Cátedra de Cirugía II desde 1957 a 1961. Posteriormente fue destinado al Departamento de Cirugía del Hospital Virgen del Rocío de Sevilla. Entre los años 1978 y 2001 fue jefe de sección de este hospital y coordinador del Área Quirúrgica desde 1998 a 2004.
En el año 1965 inicia su assitencia a la enfermería de la plaza de toros de Sevilla. En el año 1972 es el primer ayudante de equipo del que era jefe su padre Ramón Vila Arenas. En 1978 se convierte por oposición en jefe del equipo médico de la Maestranza, donde permanece hasta la actualidad.
Ha sido presidente de la Sociedad Española de Cirugía Taurina durante 6 años. Presidente de los Congresos Internacionales de los años 1982 y 1992, ambos celebrados en Sevilla. Autor del libro Cirugía Taurina, mito o realidad. Ha publicado más de 100 trabajos sobre Cirugía Taurina. Es componente de la Junta consultiva Nacional del Consejo de Asuntos Taurinos de Andalucía.
En su larga trayectoria como cirujano taurino ha vivido muchas experiencias. Es famosa la frase de su amigo Paquirri cuando reclamó su presencia en Pozoblanco en el año 1984, aunque el doctor Vila no pudo llegar a tiempo de intentar salvar su vida.
En la temporada 1992 asistió a dos cornadas mortales en la Maestranza, ambas directamente en corazón, una la de Manolo Montoliú el 1 de mayo y otra la de Ramón Soto Vargas el 14 de septiembre del citado año 1992.
Siempre ha contado que la cornada más grave a la que hizo frente fue la del novillero Curro Sierra en junio de 2004, cuando un novillo de Gabriel Rojas le arrancó la unión de la iliaca con la femoral. Gracias a la presencia de cirujanos vasculares en el equipo pudo hacer un by-pass y salvar la vida y la pierna del joven novillero.
Ramón Vila es una referencia en el mundo de la Cirugía Taurina española y mundial.