La escritora cordobesa Juana Castro fue el pasado viernes la protagonista del Aula de Literatura que organiza la concejalía de Cultura y Educación del Ayuntamiento de Roquetas de Mar. El acto estuvo presidido en el Castillo de Santa Ana por el alcalde, Gabriel Amat y también contó con la presencia de la concejala de Cultura, María Dolores Ortega y la coordinadora del Aula, Pilar Quirosa. Castro centra su poesía en el mundo, el amor, la soledad y las relaciones y su conflicto.

Pilar Quirosa presentó a la escritora de la que señaló que «la poesía de Juana Castro contiene un discurso lleno de significado, en un marco referencial que contempla el paso del tiempo y el devenir de la memoria, las sensaciones que dignifican la vida a través de la contemplación y la palabra».

La autora que se mostró encantada de participar en el Aula de Literatura de Roquetas, comenzó su intervención haciendo una lectura de varios de sus poemas. El primero fue «Inanna» del libro «Narcisia». Luego Castro leyó «Lotófagos» del libro «El Extranjero» que fue escrito a través de la experiencia vivida por la autora en Holanda en 1998 cuando visitó a su hija. «Paseando por Amsterdam se me unía al mediodía el olor a pan con la visión de las flores y también con la visión de los inmigrantes».

«Soy hija de padres campesinos, mi madre aprendió a leer sola y sin saberlo me transmito algo que nunca de las dos sabíamos lo que era. Cuando llegue a Córdoba le puse nombre a aquello, ya que antes solo había sido puro sentimiento. Algo en el mundo no encajaba en el reparto de las tareas entre el hombre y la mujer. Ella me transmitió esa especie de rebeldía, no querer conformarse con el mundo como estaba», comentó Castro. Luego le dedicó un poema a su madre.

«Para reconciliarme con el campo tuvo que pasar mucho tiempo», reconoció la escritora mientras leía el poema «Agacharse». Luego hizo la lectura del poema «Espejos» del libro «Los cuerpos oscuros». Luego cambió de registro leyendo el poema ‘Disyuntiva’ que hablaba de dos dependencias que suelen tener las mujeres como es el chocolate y el amor. Para cerrar su intervención, Juana Castro leyó el poema «Amor mío», uno de dos poemas inéditos de la noche. Luego también hizo «El potro blanco» y concluyó con el inédito «No, no, sin».