Ángel Ruiz ofreció el pasado sábado en Roquetas un excepcional homenaje a Miguel de Molina, uno de los cantantes del siglo XX que marcó una época y que a lo largo de su vida vivió distintas vicisitudes y momentos que marcaron tanto su vida persona como su trayectoria artística. Ruiz en ‘Miguel de Molina al desnudo’ desentraña a este personaje y recurre a sus canciones mientras iba desvelando los episodios más llamativos de su trayectoria.

 

Ruiz se mete en el personaje y ofrece una interpretación majestuosa de la figura de Miguel de Molina.  En los últimos años de su vida, Miguel de Molina  ofrece una rueda de prensa en España. En una sala llena de periodistas, en este caso el público que acudió al Teatro Auditorio de Roquetas, el cantante se confiesa, cuenta la verdad, desmontando muchos tópicos y falsedades sobre su persona.

A lo largo de 100 minutos, Ángel Ruiz acompañado al piano por César Belda hace un repaso de la vida de Miguel de Molina, que intercala con las canciones que la auparon al éxito. En el escenario se habla de éxito, de la rivalidad con otros artistas del género como fue Concha Piquer, del acoso sufrido por su condición de homosexual e incluso de la censura, la burla e incluso el maltrato al que fue sometido por el régimen.

 

El final de una época de estrellato acaba con la marcha de Miguel de Molina a Argentina. Se marchó de España, un país que siempre llevó en el corazón, pero que al final decidió no volver. El momento de la partida convirtió a Miguel  de Molina en una leyenda.

 

A través de la historia que Ángel Ruiz ofrece en el escenario, también se puede vislumbrar como era la España que le tocó vivir al artista. Se puede considerar que este montaje que ya obtuvo un premio MAX, se puede considerar teatro musical más que un musical propiamente dicho.

 

En el escenario sonaron canciones inolvidables como ‘Ojos verdes’, ‘La bien pagá’, ‘Compuesta y sin novio’, ‘Me da miedo de la luna’, ‘La rosa y el viento’, ‘El zorongo’, ‘Te lo juro yo’, ‘Triniá’, ‘Agüita del querer’, etc . Por otro parte, el preludio musical,  en la Cafetería del Teatro Auditorio, estuvo protagonizado por la artista Ana María Pérez, que tuvo una actuación sobresaliente.