La poesía, el flamenco y los toros brillan en un recital con cante en la Sala Juan Ibañez de Roquetas de Mar.

Participaron Sonia Miranda al cante con Hugo del Pino a la guitarra, Juanjo Ruiz Plaza y Gabriel Luis Garcia Callejon recitando, siendo todo producido por Emilio Lentisco

La Sala Juan Ibáñez de la Plaza de Toros de Roquetas de Mar acogió el martes la actividad ‘Toros, flamenco y poesía’ donde participaron al cante Sonia Miranda, acompañada de Hugo del Pino a la guitarra junto a Juanjo Ruiz Plaza y Gabriel Luis García Callejón que fueron los encargados de recital los poemas. La producción y dirección artística corrió a cargo de Emilio Lentisco Puche. La actividad resultó un éxito absoluto con un lleno total de la sala.

Tanto Ruiz Plaza como Callejón fueron desgranando el origen de algunos de los palos del flamenco. Explicaron el origen de la Carcelera, así como del Martinete y otros palos como el Cante de Trilla.  “Entre peñascos y manchas de jara vio la luz la Serrana.  En medio de las faenas pesqueras a bordo de la jábega, hirió la brisa malagueña el Cante de Jabegotes.  Con ennegrecido y carbonero rostro, ronco el “dejo” de voz por polvo mineral, vinieron al mundo mineras y tarantas” expusieron. También se hizo mención a la Calesera, Cantiñas, alegrías, romeras, verdiales, bulerías, siguiriyas, fandango y solea.

Sonia Miranda acompañada por la guitarra de Hugo del Pino fue acompañado a los poemas con su brillante voz. Hizo una soleá que llegó al público, porque Sonia conecta como pocas con los que la escuchan. Destacar también la versión libre que se hizo de ‘Romance de valentía’  así como el poema ‘Del cante y del toreo’ de ‘Poeta en la Maestranza’ de Antonio Murciano.

Excepcional el poema ‘Tus cinco toritos negros’ de Manuel Benítez Carrasco que dio lugar a que Sonia Miranda cantará una bulería. Quisieron profundizar durante su actuación, tanto Ruiz Plaza como García Callejón en el Fandango. “Alguien se atrevió a catalogar este cante como derivado de cantos célticos del noroeste de España”.

 

Cultura - Ayto Roquetas

“Opinamos que la derivación puede proceder de la influencia árabe en nuestra tierra. Los originales fandangos eran muy vivos y todos bailables al son de guitarras, violines, panderetas y castañuelas, tal como se mantienen en el Trovo alpujarreño o en los malagueños Verdiales. Su influencia árabe le hizo adquirir un matiz más serio y así, ese cante fue creciendo por separado hasta incorporarse a lo que los puristas llaman “cantes Grandes”, explicaron.

Otro de los poemas más brillantes de la noche fue ‘La música callada del toreo’ de José Bergamín que puso fin a una noche brillante de poesía, flamenco y toros.