Este campamento, que se viene desarrollando durante los meses de julio y agosto en el albergue Inturjoven de Aguadulce, acoge alrededor de 30 niños

El alcalde de Roquetas de Mar, Gabriel Amat, ha realizado una visita al campamento de verano inclusivo organizado por la Asociación Altea en el albergue Inturjoven de Aguadulce. Este campamento, que acoge a alrededor de 30 niños, tanto neurotípicos como con distintos trastornos del desarrollo, es un referente en la provincia por su enfoque inclusivo y su dedicación a proporcionar un entorno lúdico y de aprendizaje durante el verano.

El alcalde estuvo acompañado por Loles Moreno, concejal de Servicios Sociales e Inclusión; Mari Ángeles Alcoba, concejal de Mujer, Participación Ciudadana y Mayores; Mari Carmen Almagro, presidenta de Altea Almería; Antonio Orozco, gerente de Inturjoven Aguadulce; María García, coordinadora de Altea; e Isabel Martos, coordinadora del campamento y trabajadora social en la asociación. Durante la visita, tuvo la oportunidad de conocer de cerca las instalaciones y conversar sobre el trabajo diario que se viene realizando.

Amat ha destacado la importancia de este tipo de iniciativas con las que “se construye una sociedad más inclusiva y solidaria. Desde el Ayuntamiento, seguiremos apoyando a asociaciones como Altea, que demuestran el valor de la inclusión y el compromiso con nuestros niños”.

Amplia gama de actividades

El campamento ofrece una amplia gama de actividades adaptadas a las necesidades y preferencias de los niños, como talleres de pintura, cocina, cine, salidas a la playa y la piscina, juegos en el parque, y actividades en la cama elástica, entre otras. Los participantes se dividen en grupos según su edad, lo que permite personalizar aún más las actividades y asegurar que cada niño pueda disfrutar y aprender en un entorno que respete su ritmo y necesidades individuales.

Además, cuenta con servicios complementarios como aula matinal, de 8 a 9 horas, y comedor, de 14 a 15 horas, lo que facilita la conciliación laboral y familiar de los padres. Para garantizar una atención especializada y de calidad, el campamento también incluye la participación de voluntarios y estudiantes en prácticas, quienes reciben formación teórica en junio y realizan su parte práctica durante el campamento, permitiéndoles conocer de primera mano el trabajo con niños con Trastorno del Espectro Autista (TEA).