Algo más de hora y media de excelente espectáculo vivieron el sábado las 700 personas que se dieron cita en el Teatro Auditorio para ver el musical Forever Young, producido por Tricicle. El reparto estuvo formado por Jacobo Dicenta, Dulcinea Juárez, Armando Pita, María Adamuz, Rubén Yuste y Edith Salazar, a quienes acompañó en el escenario el pianista Marcos Cruz.
El argumento de Forever Young transcurría en el año 2050. Sus protagonistas eran un grupo de ancianos que viven en un antiguo teatro reconvertido en residencia de artistas retirados. Algunas noches se suben al escenario con sus mejores galas y rememoran sus éxitos de antaño. En cuanto la enfermera que les cuida les deja solos, su espíritu rebelde sale a la luz para dejar constancia de que los viejos rockeros nunca mueren.
La filosofía del musical en todo momento era muy clara. Hay que vivir el día a día, no dejar de disfrutar de la vida ni un solo momento. Sin embargo no todo es optimismo en la obra, también tiene una cierta dosis de negatividad y mala leche representados en el personaje de la enfermera, cuyas canciones son siniestras y pesimistas.
Uno de los aspectos más destacables del musical fueron las canciones, entre las que se encontraban grandes clásicos muy conocidos, interpretados en inglés. Bob Dylan, The Rolling Stones, Alphaville, The Doors, The Beatles… son algunos de los grupos de música a los que se hizo un homenaje.
Canciones míticas y atemporales que han marcado a muchas generaciones. Otras canciones también menos míticas y recientes de los años 90, como la de Barbie Girl de Aqua y Music de Madonna, que para bien o para mal han supuesto una evolución en la estética del videoclip musical.
Aquí la música permite homenajear a algunos de los artistas que han pasado a la historia y que por ello nunca envejecerán. También sirve para criticar las dinámicas de una sociedad que por lo general excluye a los mayores, o no otorga el reconocimiento que se merece a los artistas, en ocasiones hasta después de muertos. Los artistas que sobreviven a la juventud y logran llegar a viejos, quizás no se conviertan en leyendas o en mitos, tal y como lo hicieron otras viejas glorias.
Al final, el público despidió en pie al elenco de actores, excepcionales voces, que hicieron pasar un rato muy divertido, mostrando que la vejez es algo por donde todos tienen que pasar. “Este mundo está lleno de gente de todo tipo. Blancos y negros, ricos y pobres. Buenos y malos. Y aunque en muchos aspectos todos somos diferentes, lo cierto es que todos tenemos algo en común: todos envejecemos”. Con estas palabras concluía el musical.