Mañana jueves, a las 21:30 horas actuara en el Castillo de Santa Ana el Coro Barroco de Roquetas de Mar dirigido por Cristina Bayón que interpretará ‘Barca di Venecia per Padova’ de Adriano Banchieri. Este concierto esta patrocinado en exclusiva por Gas Natural Fenosa. A finales de 2011 la Orquesta Barroca de Roquetas de Mar (OBAROQ) agranda sus dimensiones y se enfoca hacia un repertorio más ambicioso al incorporar a su proyecto el Coro OBAROQ.
Se trata de una Iniciativa que busca los mismos fines de la orquesta: recuperar e interpretar el repertorio de la música antigua desde un profundo estudio de la interpretación más fiel según los tratados musicales que han llegado hasta nuestros días. En su trayectoria ha contado con directores de la talla de Aarón Zapico, Carlos Mena y Lluis Villamajó encargándose de a supervisión vocal y de la formación técnica de sus miembros la soprano Cristina Bayón, especialista en música antigua.
Adriano Banchieri nació en Bolonia en 1568 muriendo en 1634 en la citada ciudad. Fue compositor, organista, teórico y poeta durante el Renacimiento tardío y primer Barroco. Fundó en 1615 la Accademia dei Floridi, dedicada al estudio de las artes musicales, a través de la cual tuvo relación con compositores y teóricos muy importantes de la época tales como Claudio Monteverdi.
Banchieri realizó varias comedias madrigalescas, muchas de ellas destinadas a divertir las reuniones de los círculos sociales de Bolonia. Entre todas ellas se ha elegido la Barca di Venetia per Padova, publicada por primera vez en 1605 y reeditada con algunos cambios en 1623. En ella varios personajes esperan en el puerto el barco que los transportará desde Venecia a Padua.
Entre los viajeros se encuentran un librero florentino, un alemán, un director de orquesta, cantantes de toda Italia, cortesanos, dos judíos, pescadores, hombres de negocios y un soldado. Se aprecia una gran variedad de culturas, religiones, idiomas, oficios y dialectos y todos tienen un nexo en común: han de llegar a Padua.
En este reducido espacio deben convivir aunque tengan distintas costumbres y opiniones. Al principio todos se ven extraños e incómodos hasta que uno de ellos “rompe el hielo” e invita a los demás a cantar. En estos momentos parece que habrá pelea ya que se burlan entres ellos de sus hábitos alimenticios, dialectos…, pero no, ocurre todo lo contrario, se hacen amigos y olvidan sus diferencias.