Familias y grupos de amigos se reúnen en La Romanilla y otras playas cercanas para celebrar esta tradicional fiesta guardando la distancia de seguridad y respetando la normativa sanitaria.
La responsabilidad y la prudencia han marcado el ambiente de las tradicionales moragas de Roquetas de Mar, una de las tradiciones más arraigadas de este municipio. Tras dos años sin poderse celebrar, debido a la pandemia sanitaria, los roqueteros han mostrado un comportamiento ejemplar durante esta jornada festiva.
El alcalde de Roquetas de Mar, Gabriel Amat, se ha desplazado hasta la playa de La Romanilla y otros puntos del litoral para comprobar el inicio de esta tradición. Amat ha aprovechado para volver a pedir a los ciudadanos el cumplimiento de la normativa sanitaria.
“Tengo que agradecer a todos los vecinos de Roquetas de Mar la responsabilidad demostrada para celebrar las moragas de una forma distinta a la que estamos acostumbrados, hay reuniones de amigos y familias, pero, todos ellos están con mascarilla y respetando las distancia entre los diferentes grupos que han querido acercarse a la playa para vivir una de las fiestas más importantes de nuestro municipio”, señala el alcalde.
La jornada de las moragas se ha llevado a cabo con total normalidad y sin incidencias, aunque como ya anunció el propio alcalde, la actual sanitaria ha obligado a cancelar el tradicional baile del Club Náutico para evitar aglomeraciones.
Tradición roquetera
Desde hace generaciones, cada 29 de diciembre, se festejan las moragas en Roquetas de Mar para celebrar la llegada de los pescadores tras varios meses en alta mar, y dar la bienvenida al año nuevo en la playa. Esta fiesta se lleva a cabo desde hace décadas y representa una de las celebraciones de mayor idiosincrasia roquetera.
Las moragas se convierten en un punto de encuentro para los vecinos de Roquetas Mar y de otras localidades colindantes que se reúnen en la playa para pasar un día lúdico y de ocio. Una jornada en la que no faltan las sardinas, carne, sin olvidar las migas, la paella, la caldereta o productos típicos del municipio y, en las que se comparten momentos de alegría, cante y diversión.