‘Las aventuras de Tadeo Jones’ se proyecta mañana en Aguadulce
El grupo Malas Compañías nació para rendir tributo a Joaquín Sabina. El líder del grupo es Justo Mullor, un hombre que lleva muchos años haciendo música, y que es probablemente el artista que mejor interpreta las canciones de Sabina, puesto que incluso se parecen en la voz. El sábado actuó en Aguadulce donde reunió mucho público.
En el concierto ofrecido por Justo Mullor, que estuvo acompañado por José Luis Gallo a la batería, Facundo Virasoro, guitarra eléctrica y guitarra española, Fabio A. Pérez al bajo y Miguel A. Fernández al piano, ofreció un amplio repertorio de canciones de Joaquín Sabina. El público quedó tan fascinado que se sentó en el césped en la zona de Villa África y decidió pasar algo más de una hora escuchando a este genio de la música.
El recital comenzó con los temas Aves de paso, Conductores suicidas, Por el bulevard de los sueños rotos y Rebajas de enero. El público desde el primer momento tuvo claro que Malas compañías rendía tributo a Sabina, puesto que a distancia, parecía que estuviera el propio Sabina cantando. Luego llegaron otros temas como Y sin embargo, Medias negras, Pobre Cristina, Peor para el sol y Llueve sobre mojado.
Para cerrar un recital fantástico, donde el publico estuvo muy animado sonaron Caballo de cartón, La de pirata cojo, Princesa, Nos sobran los motivos, Ruido y 19 días y 500 noches. El público se sentía tan cómodo, en una noche muy veraniega, sentados en un césped, que el grupo volvió a salir para hacer como bis los temas Pacto entre caballeros, Contigo, Pongamos que hablo de Madrid y acabó con ‘Noches de boda’ y ‘Nos dieron las diez’.
LAS AVENTURAS DE TADEO JONES EN AGUADULCE
En la zona de Villa África en Aguadulce se proyecta mañana lunes a las 22 horas la película ‘Las aventuras de Tadeo Jones’. Se trata de una película de animación española basada en el personaje ficticio Tadeo Jones, un albañil español que vive en Chicago, EE.UU. y trabaja en la construcción, soñando con ser arqueólogo.
Tras ser despedido por su jefe visita a un amigo suyo, el profesor Miguel Humbert, para que inspeccione una botella de Coca Cola que había encontrado en las obras y que solo resulta ser una réplica. En ese momento, el profesor recibe un telegrama de su amigo el profesor Lavrof para que viaje a Cuzco para informarle de un importante hallazgo sobre la ciudad inca de Paititi.
Sin embargo, al llegar al aeropuerto, el profesor sufre un accidente que le imposibilita viajar a Perú y Tadeo decide ir en su lugar junto a su perro Jeff. Ya en Cuzco, Tadeo conoce a Sara, la hija del profesor Lavrof, y a Freddy, un vendedor andante con abrigo multiusos. En ese momento, es secuestrado por unos hombres que le amenazan para que les dé la llave de la ciudad, pero Freddy y Sara consiguen salvarle. Tras unir las dos mitades de la llave, viajan a Machu Picchu tras recibir una petición de socorro del profesor Lavrof traída por Belzoni, el loro mudo del profesor.
Los hombres que buscan el tesoro de los incas, sin embargo, la corporación cazatesoros les aborda en el tren en el que van con la intención de arrebatarles la llave, pero consiguen huir montados a lomos de las llamas del último vagón. Una vez en el pueblo, son descubiertos por Kopponen y sus hombres, pero Tadeo, Sara y Freddy escapan montados en un Globo Burger aerostático. Ya en el desierto de Nazca son localizados de nuevo por Odysseus, quienes les llevan hasta el profesor Lavrof y Max Mordon, un famoso arqueólogo y prometido de Sara.
Tras descifrar el mapa de la pared, Kopponen parte al desierto junto a Lavrof y Mordon para hallar el tesoro de los incas. Sin embargo Tadeo y Sara encuentran el verdadero mapa y parten hacia la selva, pero Kopponen les descubre y encuentra el templo subterráneo. Tadeo y Freddy consiguen librarse de los guardias que le vigilaban y Tadeo baja al templo.
Poco después tiene un encuentro con la momia guardiana del templo, pero los dos se asustan del otro y salen huyendo. Tadeo es descubierto por Odysseus y revela que Mordon está compinchado con Kopponen, pero Mordon revela que Tadeo no es el brillante arqueólogo que dice ser, descubriendo Sara de esa forma que Tadeo le había mentido.
Tras escapar de una bola de fuego arrojada por la momia, llegan a una sala llena de quipus, donde Mordon tira del quipu equivocado, haciendo que se hunda el suelo. Tras tirar a Kopponen al vacío, Tadeo consigue abrir la puerta. Mordon se cuela en la sala e intenta robar el indio de oro para obtener la vida eterna, pero la momia se lo impide subida en un enorme golem de piedra.
Tras engañar a la momia, Mordon consigue subirse al golem y destrozar el cristal que protegía el Indio de oro y obtiene la vida eterna, pero a cambio es convertido él también en una momia. Tras encerrar a Mordon, la momia deja ir a Tadeo, Sara y el profesor con la promesa de no contar nada sobre la ciudad. Al regresar a la superficie, hacen creer a Freddy que el tesoro de los incas no existía y este se marcha decepcionado. En ese momento, Sara confiesa a Tadeo lo que siente por él y le besa.