Unas 600 personas asistieron el sábado a esta comedia divertida en el Teatro Auditorio de Roquetas de Mar
La intención era pasarlo bien y reírse, pero además reírse mucho. Al final el público pasó dos horas y media muy divertidas el pasado sábado en el Teatro Auditorio de Roquetas de Mar con Manolo Medina y Javier Vallespín con la obra ‘Dos hombres solos, sin punto com… ni ná’. Un espectáculo muy conseguido con la gracia de estos dos andaluces que cuentan situaciones y anécdotas muy divertidas.
A los cinco minutos, el público ya es consciente de lo que vendrá a lo largo de dos horas y media. Dos hombres solteros comparten piso. Uno trae el dinero a casa. El otro, muy afeminado, se encarga de las labores domésticas “siempre con su delantal y un abanico”. No son pareja, de hecho ninguno de los dos es homosexual, pese a lo que afirman las habladurías del vecindario.
La convivencia entre dos personas tan diferentes provocó toda una serie de situaciones que derivaron en la carcajada, con ese humor gaditano tan característico, provocando constantemente la complicidad del público. Y es que a medida que iba trascurriendo el desarrollo de esta comedia, pensada para divertir, los dos protagonistas se dan cuenta que no están solos.
El público es testigo de lo que ocurre en esa casa, donde además está presente la madre de Manolo Medina, a través de una fotografía en una butaca. Muchas de las situaciones que se viven en el escenario forman parte de la propia vida de Medina con su madre. El arte jerezano al poder. Sin duda, Medina está sembrado a lo largo de toda la noche. Y es que no se puede tener más gracia.
Vallespín es el complemento perfecto para Medina en un montaje que con poca escenografía centra siempre la mirada en Manolo Medina. Otro gran momento de la noche es cuando los dos protagonistas invitan a los inquilinos a tomar algo. Comienzan a desatarse las historias y Manolo Medina, continúa mostrando su lado más femenino, a pesar de que su amigo y compañero de piso lo considera macho.
La intención de Medina y Vallespín es en todo momento divertir. Y lo consiguen a base de historias y vivencias que se elevan al rango de fantásticas, por la forma que son contadas. Medina es un maestro y un genio de la gracia y la palabra y Vallespín un complemento ideal. Esta vez reunieron a 600 personas pero para la próxima advierten que faltara Auditorio.